
Toro (Barcelona, 1982) encuentra que un 53% de estudiantes universitarias quiere adelgazar y que, sobre el total, un 80% conoce a alguien, entre familiares y amigos, empeñado en seguir una dieta. Extrapolando (Dr. Gonzalo Morandé), aproximadamente dos millones de jóvenes inician dietas y otros procedimientos para adelgazar en primavera. Una parte de ellos serán pacientes con anorexia y bulimia nerviosa meses o años después.
En este artículo encontrará los siguientes apartados:
Diagnóstico de la anorexia nerviosa
Desarrollo y mantenimiento de la enfermedad
Guía práctica para el tratamiento de la anorexia nerviosa
Diagnóstico de la anorexia nerviosa, según CIE-10
Pérdida de peso, o falta de ganancia de peso en los niños, que conduce a un peso corporal de al menos un 15% por debajo del peso normal esperado para la edad y la talla correspondientes.
La pérdida de peso es autoinducida mediante la evitación de alimentos “que no engordan”.
Distorsión específica de la imagen corporal psicológica, en forma de idea sobrevalorada e intrusa de miedo intenso y persistente a la obesidad, de tal manera que el enfermo se impone un límite de peso corporal.
Trastorno endocrino generalizado que afecta al eje hipotálamo-hipófisis-adrenales, puesto de manifiesto en la mujer por amenorrea y en el varón por pérdida de interés por la sexualidad e impotencia (una excepción aparente es la persistencia de sangrado vaginal en mujeres anoréxicas bajo terapia de sustitución hormonal, la más frecuente es la toma de píldoras contraceptivas).
No cumple los criterios A y B de bulimia nerviosa (Ver artículo de Bulimia Nerviosa)
En el inicio de la anorexia *
La gran mayoría de las pacientes anoréxicas presentan al menos una gran parte de estos síntomas comportamentales, mentales y emocionales:
Comienzo en la adolescencia en el 80% de los casos, con una edad media entre los 13-14 años. Un 10% la inicia antes de los 11 años, y el resto después de los 20 años. La mayoría de estas chicas no presentaba obesidad previa, aunque se sentían gordas si se comparaban con el prototipo de moda, con una especial insatisfacción con determinadas partes del cuerpo: muslos, nalgas y abdomen, y en menor proporción pechos y cara.
La desaparición de la menstruación es muy precoz, un 20% se produce antes de perder peso de forma significativa, otro 60% padece amenorrea en los tres primeros meses de evolución y un 10% mantiene sus reglas seis o siete meses. Se vive como algo positivo, y refuerza el empeño anoréxico. Sin embargo el estreñimiento, retiene peso y se combate con laxantes.
Las dietas que se imponen al comienzo de la enfermedad son muy variadas.
La pérdida de tejido adiposo subcutáneo las anima día a día y ellas mismas se encargan, a diario de medirla por diferentes procedimientos.
La disminución de la masa muscular es evidente en cualquier exploración clínica de estas pacientes. La ausencia de fatiga manifestada y constante actividad no parece preocuparles.
La distorsión de la imagen corporal se acentúa cada vez más. Se ven gordas y deformes en las zonas “donde lo estuvieron” (muslos, nalgas, etc) aunque hayan perdido mucho peso. Se miran al espejo, se pesan muchas veces, preguntan con insistencia por su imagen.
La pérdida de temperatura corporal parece no molestarles. Se abrigan más, usan guantes o se acercan a las calefacciones. La acrocianosis distal (manos amoratadas) la justifican como constitucional, al igual que el hirsutismo (presencia de lanugo).
Las horas de sueño disminuyen con el pretexto de estudiar y entran en un estado de insomnio encubierto. Muchas temen engordar mientras duermen, y en ocasiones aparecen pesadillas de ser obligadas a comer.
Y además….
El aumento de la actividad útil y las horas dedicadas a ella, principalmente al estudio en detrimento del tiempo libre, que les parece una pérdida de tiempo. Suelen ser estudiantes exitosas con un perfeccionismo extremo en sus trabajos. Abusan de su inseguridad y afrontan la tarea con miedo, asustándose a sí mismas con posibles malos resultados para así estudiar más.
El agobio se prolonga con un alto coste de actividad, gastos de energías y estrés en los sucesivos exámenes y en la espera de resultados presumiblemente negativos. Se hacen más limpias, ordenadas y pretenden que los demás sigan sus ritmos. Cocinan y se especializan en maravillosos platos que insisten en que se los coman los familiares sin probar ellas bocado.
Presentan un comportamiento peculiar con los alimentos y comidas, que guardan o almacenan de forma especial. Piensan todo el día en comer, y al acercarse la hora de la comida se ponen nerviosas y en ocasiones, buscan el enfrentamiento para calmarse. Cuando se sientan a la mesa miran fijamente al plato y las cantidades de alimento (las nociones de cantidad y volumen las tienen alteradas). Cualquier partícula de grasa o aceite puede ser un drama, revuelven los alimentos con el tenedor y cogen pequeños trozos. Tiran o esconden la comida en un bolsillo, zapato o cualquier parte. Se levantan con rapidez de la mesa con cualquier pretexto.
La mayoría de las pacientes tienen una actividad excesiva para su edad, no se sientan, ni reposan, ya que se angustian por ello.
La aparición de vómitos, uso de laxantes y falta de ayuno es un indicativo de pronóstico más difícil (anorexia restrictiva vs. purgativa). Todas la anoréxicas temen ser bulímicas, la mitad tendrá episodios de ingesta compulsiva o atracones, aunque sólo un tercio derivará en bulimia o bulimarexia.
Presentan aislamiento social, se alejan de sus amigas a quienes culpan de dejarlas de lado y no entenderlas. Ignoran sus llamadas e invitaciones.
Una vez perdidas las claves de comunicación con gente de su edad, pasarán años en recuperarse. Tratan de pararse en el tiempo, regresar a la infancia y se refugian en casa y en los estudios.
Desaparece todo interés sexual, como todo lo ligado al sexo, la procreación y el parto, tanto, que todo ello les producirá asco y gran temor.
Desarrollo y mantenimiento de la anorexia*
La enfermedad se va apoderando progresivamente del/la paciente, como si se tratara de una adicción. La niegan abiertamente, rechazan el hecho de estar enfermas/os ante su familia, amigos, médicos, etc.
En pocos meses se instaura un cuadro con poderosos mecanismos de autoperpetuación físicos como psicológicos:
La capacidad de adaptación del organismo contribuye al mantenimiento de la enfermedad. El paciente atribuye o interpreta las respuestas fisiológicas de manera que vaya haciendo la “enfermedad a su medida” para condicionar nuevos ajustes. Pueden vivir meses y a veces años con 500/600 calorías diarias en un ajuste calórico, donde las analíticas a nivel hematológico como bioquímico sorprenden por su normalidad, salvo la elevación del colesterol sérico. Esto refuerza la omnipotencia del/la paciente. Los cuadros purgativos y bulimaréxicos tienden a cronificarse con más fuerza.
La familia también está involucrada en la enfermedad, ya que el esfuerzo inicial por adelgazar en muchos casos es entendido por ella, especialmente en aquellas que dan importancia a la apariencia, o cuando la chica/o presenta un sobrepeso.
También se valora la disciplina y el esfuerzo por los estudios y el perfeccionismo a otros niveles, pero después la situación se escapa de las manos a los padres. Se crea un ambiente confuso y tenso donde la paciente pasa a ser centro de atención y el problema de la casa.
Los síntomas depresivos pueden anteceder o acompañar la anorexia nerviosa. Cuanto mayor sean éstos, más lenta será la evolución de la anorexia. Tienen más síntomas depresivos las pacientes con cuadros purgativos y bulimaréxicos.
Se perpetúa la anorexia con…
Las pacientes presentan un alto índice (61%) de ideas o pensamientos suicidas. En el caso de las restrictivas es escaso, pero en las bulimaréxicas alcanza el 80%.
Un tercio de las pacientes presenta síntomas obsesivos compulsivos, sobre todo en las restrictivas o típicos.
Muchas anoréxicas viven al borde de la locura, ya que se sienten como dos personas, una que les anima a recuperarse y otra, más poderosa casi siempre, que les dice lo contrario.
También es frecuente que se de la incapacidad para darse cuenta de sus emociones (alexitimia), no las reconocen. Incluso tienen dificultad para reconocer sensaciones como el hambre, la sed, la fatiga y deseo sexual.
El impedimento para disfrutar o sentir placer (anhedonia), les hace difícil definir qué es lo que quieren, qué es gusta, quién les interesa, etc.
La alteración de los procesos mentales
Suele ser profunda y duradera, y tardará años en producirse una recuperación completa. Aunque la paciente sea tratada, hospitalizada y forzada a alimentarse no se debe olvidar que estamos ante una persona que ha hecho de la enfermedad su identidad.
Guía práctica para el tratamiento de la Anorexia **
Una evaluación exhaustiva que debe incluir el estado físico, la historia del trastorno alimenticio y fenomenología, trastornos psiquiátricos asociados, patrones de uso de sustancias. Además de la historia del desarrollo, historia familiar y entrevista familiar.
Meta inicial del tratamiento
Se debe debe restaurar el peso hasta el punto de la reanudación de la menstruación normal. El tratamiento hospitalario es necesario si la paciente no mejora en el tratamiento ambulatorio. Un buen equipo asistencial es clave para dar ánimo y apoyo a la paciente para combatir sus ambivalencias y compulsiones. El programa debe incluir poderosas contingencias conductuales. Estar en la cama hasta que la ganancia de peso sea evidente, dar a la paciente un feedback sobre las calorías consumidas y peso ganado, y gradualmente devolver el control de la alimentación a la paciente.
La alimentación por sonda y la alimentación parenteral total no es casi nunca necesaria, pero en ciertos casos puede salvar la vida.
Terapia individual
Debería usarse cuando la paciente esté lo suficientemente motivada, y sea capaz de participar significativamente.
Terapia Familiar en la anorexia
Es indicada para prácticamente todas las pacientes jóvenes y debería ser dirigida a reducir la culpabilización hostil, mejorar la comunicación directa sobre los conflictos familiares más importantes. Preparar a la familia de cara a tratar eficazmente a la paciente cuando vuelva a casa.
La terapia familiar no debería ser usada cuando uno o más miembros son rígidamente destructivos.
Las terapias individuales y familiares deberían ser adaptadas a los estilos cognitivos y defensivos, a la disposición psicológica y al sistema de creencias de los participantes.
1 comentario. Dejar nuevo
He leido vuestro articulo con mucha atecion y me ha parecido practico ademas de facil de leer. No dejeis de cuidar esta web es bueno.
Saludos