¿Qué hacer? Ver en Terapia Individual y Terapia de Familia
Los problemas de conducta incluyen comportamientos muy diversos a nivel conductual y emocional. Tienen en tener en común el desajuste de la persona (niño/a, adolescente y adulto) con su entorno. Por ello, aparecen sentimientos de rechazo, incomprensión y aislamiento, como comportamientos negativistas, desafiantes, que tengan que ver con la impulsividad como el consumo de drogas y actos delictivos.
Los niños
Pueden pasar por etapas de desarrollo evolutivo expresándose en forma de pataletas, gritando, con rabietas. Probablemente teniendo conductas agresivas hacia sus compañeros y/o objetos, fruto de situaciones particulares. Pero cuando esas situaciones y comportamientos se mantienen en el tiempo y se agravan es necesario valorarlo por los profesionales especialistas para un buen diagnóstico, tratamiento y buen pronóstico.
En la adolescencia
Es necesario diferenciarlos de una situación normal (rebeldía adolescente) o de algo que empieza a dar síntomas. Como el comportamiento agresivo o el desafío a las figuras de autoridad nos lleven a pensar en un problema de conducta o trastorno de comportamiento, que tienen como consecuencia un deterioro emocional, cognitivo, académico, familiar y social.
Si los padres observan que sus hijos tienden a enfrentarse bien a sus compañeros, bien a figuras de autoridad (padres, profesores, etc), con cambios de humor, están huraños, o retraídos, deberían alertarse sobre la posibilidad de que su hijo presente un problema de conducta que deba ser evaluado y tratado adecuadamente.
En la edad adulta
También aparecen siendo una gran fuente de sufrimiento para el entorno que rodea al individuo. Además del descontento que muestra el individuo con todo, la sensación de injusticia es algo frecuente, siempre se sienten maltratados por el medio pero son incapaces de relacionarlo con sus conductas y sus consecuencias. Con el tiempo el desajuste es mayor.
Los trastornos de conducta en adultos se asocian a síntomas difusos como : ansiedad, comportamiento agresivo y destructivo, falta de empatía, caracteres dominantes, desajuste con el entorno socio-laboral, adicciones, sentimientos de miedo, poca tolerancia a la frustración, falta de culpa y remordimiento, dificultad en las relaciones sociales, comportamiento irritable, alto o baja autoestima, etc.
A nivel general, se podría tener en cuenta las siguientes señales o signos que nos pueden indicar que no nos encontramos bien y sería recomendable consultarlo con un psicólogo o terapeuta:
- Cuando se siente de mal humor, nervioso o irritable frecuentemente: esto puede ser signo de que algo no anda bien. Puede impedir dormir, desorden a la hora de llevar una rutina, y ataques de ira incontrolables.
- Cambios de humor que hace que cambie su manera de sentir, responder y actuar que no corresponden a su forma de se habitualmente.
- Empezar a ver la vida de forma negativa, con tristeza y/o culpa, cuando antes no era así. Tener pensamientos de inutilidad, desesperanza hasta de suicidio, sin razones para vivir.
- Empezar a aislarse, cuando antes era una persona sociable. Empezar a estar solo, dejar de estar con los familiares y amigos.
- Comenzar a beber más, consumir drogas. Descuidarse de la higiene y aspecto personal son comportamientos autodestructivos que están indicando que algo no va bien.
Al consultar con un profesional podrá realizar una correcta evaluación teniendo en cuenta la existencia de posibles causas físicas, psicológicas y/o ambientales. Una adecuada valoración del síntoma e identificar los fenómenos que lo desencadenan o precipitan es el primer paso para su correcto tratamiento y prevención.
Muchos de estos síntomas son un problema de salud mental, una causa discapacitante que puede afectar a cualquier persona a lo largo de su vida. Los trastornos psicológicos más comunes en adultos son:
- Trastornos de ansiedad
- Enfermedades del estado de ánimo
- Trastornos de alimentación
- Trastornos de personalidad y psicóticos
En muchas ocasiones es preciso combinar el tratamiento psicológico con medicación para conseguir un adecuado control sintomático y mayor calidad de vida.
El psicólogo le ayudará a gestionar mejor sus emociones, a comprenderse más a sí mismo y mejorará su relación con los demás.
«Sólo existen dos días al año que no se puede hacer nada. Uno de llama ayer y otro es mañana. Por lo tanto hoy es el día ideal para poder cambiar y darte la oportunidad de amar, crecer y principalmente vivir» Dalai Lama