¿Qué hacer? Ver en Terapia de Pareja
Algunos datos sobre el divorcio
Según el INE (Instituto Nacional de Estadística) en 2016 se produjeron un 3% más de divorcios que el año anterior. La ruptura familiar se ha convertido en uno de los principales problemas de las familias en España, la mediación familiar facilita llegar a los acuerdos necesarios. Si lo estás viviendo o te lo estás planteando sabes que hay dos maneras de llevarlo a cabo. Por las buenas poniéndote de acuerdo con tu expareja, de mutuo acuerdo que es lo que hace la gran mayoría. También se considera divorcio exprés porque se soluciones de la manera más rápida. O bien, por vía judicial donde será el juez o jueza quién lo decidirá, que son alrededor de un 30%.
La media de la duración de las parejas son alrededor de 16 años. El 31,6% de las separaciones se produjeron después de 20 años o más de matrimonio y el 22,2% entre los 5-9 años de relación. Además, en estas rupturas de parejas los cónyuges tenían entre los 40 y los 49 años en más de la mitad de los casos, seguida de la franja de los 50 a los 59 y en tercer lugar, los de 35 a 39 años.
Sobre la mediación en la separación
La decisión de separarse es una de las más difíciles que podemos llegar a tomar en nuestra vida. Muchas personas sienten culpa al decirle a su pareja que no sienten amor por ellas. Por que seguramente han sido parejas que se han querido mucho y han compartido mucho. Incluso una vida con hijos. Pero que ahora, no se sienten felices a su lado.
Las dudas que antecede a la decisión del divorcio, está motivado por el deterioro de la relación y al aumento de la tensión y origina momentos de reflexión sobre la continuidad o no de la pareja. En esta fase de divorcio emocional los sentimientos más frecuentes son la desilusión, insatisfacción, ansiedad, incredulidad, desesperación, angustia, ambivalencia, vacío, enojo, caos, baja autoestima, sensación de pérdida. Los comportamientos correspondientes a estos sentimientos son la tristeza, llantos, confrontaciones, riñas, abandono físico y emocional, negación de la realidad, intentos de recuperar el afecto, y en muchos casos la búsqueda de consejo y consulta al psicólogo/a especializado en Terapia de Pareja.
En general, las parejas en consulta, comentan que antes de plantearse el divorcio llevaban una larga temporada, incluso años en los que notaban que las cosas habían empeorado. Es habitual que uno de los dos miembros, le ha dado más vueltas a la separación y lleva más tiempo que la otra pensando en el divorcio y elaborando la situación. Por lo que ésta, estará más preparada y tendrá las cosas más asumidas que la otra.
La ruptura de la pareja es una de las causas frecuentes de estrés emocional y provoca, en numerosas ocasiones, sufrimiento psicológico y síntomas físicos asociados a ese malestar.
¿Cuándo acudir a una mediación?
El poder acudir a una mediación familiar, nos puede ayudar a esclarecer:
- Cuando la pareja o uno de sus miembros tiene dudas si separarse o no: se trataría de explorar qué está pasando en la pareja para poder tomar una decisión desde un mayor entendimiento. Esta situación podría reconducirse a una terapia de pareja.
- Cuando la pareja o uno de sus miembros tiene claro la separación: se trataría de llegar a acuerdos consensuados respecto a las áreas implicadas de la pareja (el divorcio legal, el económico, el coparental, y el divorcio social) sin entrar en peleas agotadoras para sufrir lo menos posible. Lo que más influye en la adaptación de los niños al divorcio, si los hubiera, es la respuesta de los padres más que el estrés de la separación en sì mismo. El psicólogo actúa de mediador para cuidar que los hijos estén protegidos del estrés que supone para todos la adaptación a los cambios que se van a ir produciendo.

Mediación Familiar
La mediación familiar como disciplina surgió por primera vez en Estados Unidos en la década de los sesenta. Se da en situaciones de separaciones o divorcio es un proceso en el que las parejas solicitan la intervención de una tercera persona, llamada mediador familiar o bien psicóloga/o especializado en parejas. Se trata de llegar a una serie de acuerdos en la gestión de conflictos , ejercen una función de coordinación entre las partes, facilitando la comunicación, el diálogo y la negociación para promover decisiones consensuadas en torno a un problema.
Se realiza una serie de entrevistas creando un ambiente de cooperación, rebajando el clima de tensión entre la pareja. Consiste en ir hablando sobre las cuestiones que se quieren ir planteando. Posteriormente, se pasa una fase de negociación donde se abordan temas relacionados con la salud y educación de los hijos. Dónde y con quién van a vivir, cómo van a ser las relaciones con el progenitor con el que no convivan en cada momento, regular ciertos asuntos económicos, etc.
El objetivo es de ser lo más eficaz posible en el establecimiento de un diálogo entre una pareja dirigido a la búsqueda de soluciones. Generalmente, en la mediación una vez iniciado el proceso se llegan a acuerdos en aproximadamente en el 70% de los casos.
El 90% de los conflictos se deben a las emociones y sentimientos encontrados (Ej.: el miedo a que el otro piense que, por ceder una vez, lo voy a hacer siempre; el miedo a confesar lo que en realidad se busca por temor a mostrarnos vulnerables). El resto a la falta de comunicación. Esto se produce porque los conflictos más difíciles se dan con quien más queremos los hijos, la familia, los amigos, la gente con la que tenemos confianza porque las emociones que entran en juego también suelen ser más fuertes y el historial de enfrentamientos más largo.
En la mediación familiar es necesario aceptar unas normas básicas:
- La voluntariedad da protagonismo a la pareja y también responsabilidad, deseando resolver de forma constructiva la situación de conflicto que están viviendo y quieren llegar a soluciones que den respuesta a sus necesidades.
- La confidencialidad, concierne especialmente al mediador, quien se compromete a no declarar como testigo o perito ante un tribunal si la mediación se suspendiera, permitiendo por tanto a la pareja tratar con libertad todos los temas de negociación, salvo en situaciones de violencia.
- La cooperación en el tratamiento de los diversos puntos del acuerdo,debe prevalecer la transparencia y la buena fe por parte de todas las personas que participan.
- La obligación de suspender acciones judiciales mientras dura el proceso de mediación.
- El compromiso de que las sesiones transcurran en un clima de respeto mutuo.
La mediación familiar supone una serie de ventajas
- En la mediación se tiene en cuenta las necesidades de todas las personas involucradas en el conflicto aunque no estén presentes, como los hijos en los casos de separación y divorcio o los progenitores en el caso de desacuerdo sobre sus cuidados. Además es una de las razones más habituales por las que las personas acuden a Mediación, quieren hacer lo mejor para sus hijos y para tercera partes.
- Más barato económicamente que el litigio judicial.
- Promueve la comunicación y de esa forma hace que todas las partes se pongan en el punto de vista del otro y puedan comprender mejor su postura.
- Desde el punto de vista emocional salvaguarda la relación esto es, aunque no continúen su relación no se dañan mutuamente. Esto es especialmente importante en las separaciones con hijos ya que es importante que la relación no esté muy dañada pues tendrán que seguir teniendo relación como padres aunque ya no la tengan como pareja.
- Los acuerdos alcanzados se cumplen más y son más duraderos que las sentencias judiciales. Esto es así porque son las partes tienen en cuenta sus especiales circunstancias diferentes a las de cualquier otra familia, y alcanzan un compromiso mayor con sus propias decisiones que las tomadas por otros.
- Beneficios para los hijos, se evitan enfrentamientos inútiles entre la pareja y la incidencia de estos sobre los menores. Porque, sobre todo, se fomenta la coparentalidad. Uno de los principios que rige la mediación es el interés superior del menor. Los hijos suelen ser los que sufren en mayor medida los procesos de ruptura. La mediación permite salvaguardar su bienestar, proteger sus intereses y respetar sus derechos.
Cómo explicar a nuestros hijos que nos separamos
Uno de los principales conceptos que tenemos que mantener presente, es que un divorcio no debe significar para los hijos la ausencia de cariño de sus padres. Los hijos seguirán recibiendo la atención y todo el amor que ellos necesitan. Algunos valores como la unión, el respeto mutuo, el cariño, la solidaridad, deben mantenerse siempre con los hijos y con los seres queridos.
En muchas parejas que recientemente se separan, suelen padecer algunos sentimientos encontrados y negativos, la rabia, frustración, sufrimiento, impotencia, pueden ser algunos de los más frecuentes en las parejas recién separadas. Las discusiones de la pareja por sus desavenencias deben de estar al margen del cuidado y protección de los hijos. La pareja se separa, pero ambos siguen siendo padres.
Efectos en los hijos
Una separación provoca efectos diferentes dependiendo de la edad que tenga el niño. Por eso, aunque estemos destrozados y no sea lo que más nos apetezca en esos momentos. Hay que atender las dudas y las preocupaciones de los hijos, comunicarse con ellos y hacerles saber que aunque haya ciertos cambios en sus vidas siempre les vamos a querer y van a poder contar con nosotros.
Por otro lado, pensemos que el niño puede estar culpabilizándose por esa separación. Es posible que considere que su comportamiento ha llevado a sus padres a querer separarse. Los progenitores tienen que hablar con él y hacerle entender que no es responsable, y menos todavía culpables, de lo que ocurre.
Para ello, intentemos ser claros con el hijo. De nada sirve enmascarar lo sucedido por creer que no va a comprender la situación. Los niños entienden más de lo que pensamos , necesitan saber de forma clara y sencilla qué está ocurriendo y qué cambios va a ver en su vida. Es importante ser claros, directos, no mentir y adecuar el discurso a su edad es muy importante para que se sienta querido.
En muchos casos, suele ser adecuado una orientación profesional para poder hablar con los hijos. El 60% de los niños de padres divorciados necesitan someterse a algún tipo de tratamiento y/o asesoramiento psicológico.
¿En qué otras situaciones se aconseja una mediación familiar?
Un psicólogo/a con la especialidad de familia y pareja tiene una importante labor profesional que realizar como mediador familiar. La familia es un ecosistema muy delicado, lo que sucede a cualquiera de sus miembros, repercute en los demás.
Hay situaciones que no se resuelven, los problemas se enquistan y/o surgen otros nuevos. El clima familiar se enrarece apareciendo la falta de respeto y el resentimiento entre los miembros de la familia, como por ejemplo:
- Cuando la relación padres e hijos se resiente, incluso se vuelve insostenible.
- Si los hijos presentan cualquier problema en el centro educativo (acoso escolar, mala conducta, agresividad, malas notas, desobediencia…
- En los procesos enfermedades graves que afectan a la familia.
- En casos de padres separados donde la mala relación tiene consecuencias emocionales para todos.
- Si estáis planeando ser padres y esto provoca inestabilidad en la pareja.
- Divorcio de mutuo acuerdo con hijos adolescentes que no lo encajan bien.
- En una familia unida en la que alguna circunstancia ha desestabilizado la convivencia.
- Si existen conflictos entre hermanos, ya sean menores o adultos.
- Si hay malas relaciones con el padre o la madre y alguno de sus hijos, con graves problemas de conducta y/o trastornos.