
¿Qué hacer? Ver en Terapia de Pareja
Hoy en día, la sociedad se enfrenta a nuevos problemas de pareja junto con los más tradicionales. El mayor cambio se ha acentuado a partir la segunda mitad del siglo XX. Nuevos modelos de pareja, mitos derribados, cambios en los contextos, parejas “postdivorcio” con sus particularidades, el gran paradigma de fidelidad/infidelidad, las diferentes opciones sexuales que derivan en distintos tipos de pareja, las diferencias generacionales y culturales en la unión son algunos de los temas presentes en las parejas con los que vienen a consulta.
A lo largo del tiempo la relación de pareja va pasando por diferentes etapas. El noviazgo, convivencia, hijos si los tuviera, madurez y vejez en la que van apareciendo dificultades, crisis, desacuerdos ya que cada uno siente y quiere a su manera. No se entiende la forma de amar del otro, o queremos que nos amen de una manera determinada, etc..y cada miembro de la pareja se va sintiendo insatisfecho en la relación.
En definitiva, llega un día en que las piezas no encajan porque se discute demasiado o bien porque no hay comunicación, falta intimidad, sobran las quejas y críticas constantes, no se escucha al otro y se buscan culpables en vez de soluciones.
Estos son algunos de los problemas por los que las parejas acuden a consulta:
1. Problema para comunicarse, falta de comunicación
Este es uno de los motivos más frecuentes por los que consultan las pareja. Tanto porque se ha dejado de comunicarse entre la pareja y abundan los silencios, como cuando lo intentan todo acaba en discusiones absurdas dejando un poso de malestar y falta de entendimiento: “No me comprende….”, “porque tú…”, “porque yo…”, se ataca, se insulta, se grita, etc
Si la comunicación es deficiente en la pareja va afectando a todos los ámbitos de la misma. El cómo llegar a diferentes acuerdos, afecta a los hijos si los tuvieran, en el funcionamiento y regulación de las tareas de casa, las relaciones con los amigos y familiares, etc.. va calando en la relación y se agravan los problemas.
2. La decisión de casarse, o no
Cada vez hay más parejas que deciden convivir sin casarse. El problema puede surgir cuando uno quiere y el otro no, el momento adecuado para ello y de qué manera.
En esta situación lo que suele ocurrir es que se van poniendo objetivos, plazos que se sistemáticamente se incumplen creando un ambiente de desilusión en la relación. Tiene que ver con el grado de compromiso en la relación, como también la presión de la familia de origen en cuanto a sus valores, normas sociales y familiares.
3. El valor de la maternidad en la mujer
La mujer va valorando más otros aspectos de su vida como el laboral y profesional, la atención hacia sí misma y su grado de libertad para asumir responsabilidades fuera del área de la pareja y el hogar, no siendo la maternidad la única vía de realización como mujer.
El que la pareja se plantee tener hijos, se vive cada vez más como algo compartido y más equitativo posible entre maternidad y paternidad. Todo esto entra en conflicto con el rol asumido del hombre hasta ahora, donde el peso mayoritario recae en la mujer. Se plantea sus expectativas de cara a su propia paternidad donde es posible que tenga realizar unos cambios en su vida, como la reducción de jornada laboral, cambios en su rutina habitual, una implicación mayor en todo lo que acontece y supone criar a un hijo.
Es en este reajuste donde suelen surgir roces a la hora de poder llevar conjuntamente la crianza de los hijos, o bien la decisión de la mujer y hombre de no tenerlos.
4. Problemas con la familia política
La relación de pareja con la familia política suele ser un motivo de discusión frecuente. Pone en cuestión los valores, tradiciones, religión de dicha familia. La pareja ha de hacer un proceso de entidad propia dentro de cada familia de origen, en donde suelen surgir aspectos que pueden rozar con lo establecido hasta el momento. Sobre todo cuando la pareja pasa a ser padre/madre y hay que hacer sitio al nuevo hij@, niet@, sobrin@.
Las relaciones con la familia política o de origen, en muchas ocasiones, ponen a prueba la fortaleza y cohesión de la pareja. Lo que en principio iba bien, a medida que pasa el tiempo se puede hacer más evidente esas diferencias de opinión, personalidades, puntos de vista distintos en cuanto a la educación de los hijos, cómo vivir que suelen recaer en discusiones en la pareja y poner en cuestión la propia relación de pareja.
5. Uno quiere separarse y el otro no
Cada pareja es un mundo y son muchas las causas por las que les unen como por las que se separan. Las más frecuentes son el hastío, el desgaste de la relación, demasiadas discusiones, la infidelidad, etc. Cuando un miembro de la pareja tiene la firme decisión de separarse, lo mejor por la otra parte es asumirlo y hacerlo entre ambos de la mejor manera posible.
En ocasiones uno quiere separarse pero siente que no está del todo justificada, ya que aparentemente no parece tan grave la situación y lo vive con mucha culpa . A veces aparece la idea que el otro miembro de la pareja “lo permita” y sea benevolente para evitar el sufrimiento que conlleva una separación. Ocurre en parejas donde uno de los miembros es muy dependiente del otro, y la persona que piensa en separarse siente que abandona a la otra.
6. La “ex” y el “ex”
La nueva relación de pareja va a venir determinada y condicionada por aspectos que tiene que ver con la anterior relación, el cómo haya sido la separación, el tiempo transcurrido entre la separación y la nueva situación.
Poner límites a la anterior pareja para que no condicionen la nueva, como cambios en las actividades, amigos comunes, etc ya que el “podemos seguir siendo amigos”no suele funcionar. Hace falta alejarse, tomar distancia, realizar una reflexión tras la separación para hacer el duelo.
7. Los hijos anteriores de él/ella
Es el típico punto de conflicto en las familias reconstituidas, suele ser lo más complicado de gestionar. Es más fácil poder tener una convivencia más armoniosa cuando los hijos son pequeños, si tienen edades parecidas, que cuando son adolescentes por su propio desarrollo de identidad y autoafirmación.
Cuando ambos tienen hijos se establece claramente el espacio de ser padre/madre con el ser pareja, siendo necesario establecer unas las normas de convivencia. En el caso que uno sólo de ellos tenga hijos la dificultad suele ser el conciliar el lugar de la pareja con el de la maternidad/paternidad.
8. La infidelidad
Este suele ser uno de los mayores motivos por los que las parejas acuden a consulta, ya que la fidelidad es una de las bases fundamentales de la pareja occidental.
Las causas pueden ser muy variadas para que un miembro de la pareja sea infiel. El resultado es que se vulnera la confianza en la pareja, los compromisos adquiridos se revisan, aparecen de nuevo conflictos no resueltos en la relación generando una gran insatisfacción donde suele ser necesario que se acuda a un profesional para poder reorientar de nuevo la relación de pareja.
Cualquier motivo de consulta por una pareja viene por una crisis en la relación, ya que hay problemas enquistados que no saben cómo solucionarlo. Es entonces cuando asoman los reproches y el tú más, momentos en que el trato se vuelve áspero y acusador, hay algo roto, empieza la desconexión porque falta la confianza y la intimidad.
Las crisis de pareja
Generalmentes, son cíclicas. Llegan, las superamos, nos reconciliamos, dejamos pasar el tiempo y aparecen de nuevo. Ahora bien, detrás de esas crisis siempre hay problemas que no sabemos resolver. Hay una pieza suelta, que vuelve cada cierto tiempo para hacerse más grande, y que aunque aparentemente la relación puede ir bien, en el fondo no.
En el día a día van surgiendo pequeñas diferencias, malentendidos, problemas cotidianos, como: “decides cosas sin consultarme, te has olvidado de traer esto porque solo piensas en tus cosas, no has tenido el detalle de esperarme, yo no sé leerte la mente para adivinar qué necesitas si no me lo dices…”. Se crean discusiones que al final terminan siendo la punta del iceberg ocultando algo mucho más grande e importante en relación de pareja.
En ese fondo, los motivos de los problemas de pareja se centran en la dificultad en la comunicación bien porque no la hay, estableciéndose una desconexión, o bien porque se reacciona utilizando un lenguaje agresivo, crítico y dañino. Hay más críticas que apoyo y comprensión.
Con la falta de confianza se ha perdido intimidad, puede haber una lucha de poder que influye directamente en la toma de decisiones, se asienta la falta de calidez, cariño y afecto en la relación.
¿Qué podemos hacer para superar esas crisis o problemas de pareja?
Hay una serie de pasos que van unidos y pueden ayudar a que la pareja se vaya entrenando para facilitar la comunicación. Saber qué está ocurriendo con uno mismo, con el otro y con la relación, en un compromiso mutuo para superar esa crisis, poder crecer y avanzar juntos:
1) Como la comunicación se ha visto dañada la disposición para poder hablar de una manera adecuada con la pareja, también. Con los temas conflictivos se genera ansiedad y susceptibilidad por lo que hace falta un autocontrol de la emociones creando un ambiente propicio para poder empezar a escuchar y hablar con el otro, y así buscar soluciones consensuadas por ambos.
2) Una vez estando ambos en calma, podemos empezar a hablar de cómo me siento y qué espero del otro. En primera persona y sin entrar en valorar al otro.
3) Ahora se trata de replantearse y generar cambios en la relación en beneficio de ambos, como también poder reparar aquellos aspectos que se habían descuidado o dañado
Si esto no ocurre o no es posible, tal vez se tenga que tomar otra decisión, como el consultar a un profesional.
El terapeuta de pareja ofrece un espacio neutral. Un espacio para expresar sentimientos, opiniones para poder ir afrontando las dificultades que se hayan ido asentando en la relación logrando acuerdos, y en definitiva buscar una solución consensuada por los integrantes de la pareja.
La terapia de pareja busca como objetivo principal el que se abran vías de diálogo para mayor entendimiento y mejorar la calidad relacional de la pareja. Se realiza cuando ambos miembros están de acuerdo en iniciarla, es decir, tienen claro que se quieren dar una nueva oportunidad e intentar solucionar sus problemas, es buen inicio para comenzar a realizar algo positivo por la pareja.