Según la OCU, un 57% de españoles dice haber tenido ansiedad y un 34% depresión
Los trastornos del Estado de Animo y la Ansiedad son los trastornos mentales y del comportamiento que figuran entre los más extendidos en los países desarrollados y sin embargo, muchas veces se quedan sin tratar ya que hace falta más psicoterapia en la Salud Pública y se opte por el recurso más fácil: la medicación. Según un reciente de la OCU, más de la mitad de la población cree que ha sufrido ansiedad y un tercio depresión.
El 25% de las consultas de Atención Primaria se refieren a patologías psiquiátricas, y son causantes del 30% de la discapacidad, por delante de las cardiovaculares o las oncológicas.
Según el vicepresidente de la ASEPP, el Dr. J.A. López Rodriguez dice que desde hace cuarenta años se han multiplicado las consultas sobre la depresión, “la causa fundamental ha sido el estilo de vida que llevamos actualmente. Vivimos más deprisa, dormimos pocas horas, por lo que estamos más cansados, y sufrimos más estrés”. La depresión a `partir del año 2020 una de las tres causas más importantes de enfermedad. La media de sueño está por debajo de las 7 horas, siendo éste uno de lo factores de riesgo de la depresión, apareciendo el pensamiento negativo repetitivo, que también es relevante en otros trastornos como la ansiedad. En cuanto a la ansiedad, es la de mayor índice de prevalencia en nuestro país. El 40% de los españoles padece depresión o ansiedad.
La depresión y la ansiedad
Tienen rasgos en común, pero también precisan de un diagnóstico y tratamiento diferenciado. Un reciente estudio de la OCU ha realizado un amplio estudio sobre los síntomas más frecuentes, de qué manera perturba la vida diaria y las diferentes terapias.
Los síntomas que sirven de indicio de que una persona puede sufrir un estado depresivo o un trastorno de ansiedad son de naturaleza e intensidad muy variada, desde alteraciones del ánimo y de la conducta hasta problemas físicos y cognitivos. No obstante, la simple presencia de algunos de ellos no basta para establecer un diagnóstico.
Según nuestra encuesta, el 57% cree que ha tenido problemas de ansiedad alguna vez en su vida, mientras que el 34% dice haber tenido depresión en algún momento. De las respuestas se deduce que un 10% de los encuestados podría sufrir problemas de depresión y ansiedad sin ser consciente, ya que declararon no haber padecido nunca este tipo de trastornos.
Lo que desde luego no significa que en todos los casos se haya visitado al médico y que este haya confirmado el diagnóstico. Un 32% de quienes dicen haber padecido estas enfermedades nunca acudió al médico. De aquellos que sí fueron, en el 92% de los casos se les diagnosticó depresión o ansiedad.
Principales causas de la depresión y ansiedad
Las causas por las que se puede desarrollar una depresión o problema de ansiedad son múltiples y complejas. Ambas dolencias presentan manifestaciones de muchos tipos, adoptan rasgos específicos en cada persona y los esfuerzos de los psiquiatras y psicólogos por clasificarlas no han llevado a un consenso unánime.

(Fuente, OCU 2018)
Hemos preguntado si los encuestados identificaban los posibles motivos que hubiesen podido desencadenar su situación. Las respuestas más comunes han sido los problemas laborales o académicos (un 46 %) y los de pareja (40 %), pero para casi un tercio de ellos también han influido los conflictos familiares y las dificultades económicas. Experiencias traumáticas como un accidente o la muerte de alguien cercano o bien estilos de vida inadecuados son otras razones invocadas por dos de cada diez personas.
También hay un porcentaje elevado de personas (el 37 %) que ha respondido que el origen de su caso es algún problema de salud. Aun así, es importante señalar que los especialistas hablan también de depresión y ansiedad por causas endógenas. Es decir, aquellas que no están determinadas por factores externos reconocibles.
¿Qué sabemos sobre la depresión?
La depresión es una enfermedad mental grave, no una reacción emocional negativa puntual ante acontecimientos adversos de la vida. Un expresión muy extendida que banaliza la realidad de la depresión es: “estoy depre”, que viene a expresar cualquier situación vivida a nivel físico y/o anímico.
Esta banalización social del término es lo que lleva a pensar a casi la mitad de los españoles que la depresión se puede fingir, a que un 60% la achaque a una personalidad inestable y que un 49% la asimile a debilidad de carácter, y que todavía haya un 14 % de la ciudadanía que crea que no es una enfermedad. La apatía, la tristeza, la desgana, el nulo de ánimo, la melancolía, la falta de fuerza se usan como sinónimos o términos asimilables a depresión.
Se trivializa porque se confunde con baches o decepciones puntuales de la vida, porque no se ha recibido una educación sanitaria correcta, porque la divulgación de esta dolencia no ha sido la más adecuada, porque no se ha manejado correctamente el tema y, por qué no decirlo, tampoco la formación de los médicos de atención primaria ha sido la más idónea; incluso podría añadirse que en algunos casos incluso se ha estigmatizado esta enfermedad, según se concluye en el Estudio Lundbeck realizado por expertos en salud mental.
Son pocos (0-3% de la población según este estudio) los que conocen cuáles son los síntomas de la depresión a nivel cognitivo como la baja concentración, memoria reducida, pérdida de atención, merma en la capacidad en la toma de decisiones y en la planificación de actividades de la propia vida. “Todas estas dificultades cognitivas tienen una elevada prevalencia en los pacientes con depresión, reduciendo de manera muy significativa su calidad de vida y a la larga imposibilitando su completa recuperación si no son tratados correctamente” según Miquel Roca, Coordinador de la Unidad de Psiquiatría del Hospital Juan March de Mallorca y uno de los elaboradores del Estudio Lundbeck.
El estudio demuestra que un 42% conoce a alguien de su entorno cercano que padece o ha padecido esta enfermedad mental. Un 95% de los encuestados sí atribuyen la depresión a baches y frustraciones personales de la vida, pero un 94% la achacan a los factores sociales como el paro, la pobreza, y tan solo un 50% lo endosa a factores biológicos o a factores genéticos;y por supuesto, la observación cotidiana hace que hasta un 77% de la población considere que las adicciones empujan hacia la depresión: bebida, juego….
El ritmo de vida actual ha hecho que cambie el perfil de persona depresiva. Si hace unos años era de una mujer entre 45-55 años de clase social desfavorecida y con un bajo nivel de estudios, ahora ha surgido un nuevo grupo de riesgo, matrimonios jóvenes (de 35-45 años) con hijos y trabajando los dos.
Según el Dr. López Rodriguez las personas con depresión por estrés continuado por su tipo de vida no pueden romper de repente con su trabajo o su familia, y hay depresiones con una base biológica en donde la respuesta es mejor. Es importante el reconocer que se tiene depresión, ya que muchas personas lo esconden, ya que se considera como síntoma de debilidad o que no las van a comprender. No es cierto. Es una enfermedad. El mensaje que tenemos que dar los psicólogos y psiquiatras que con el tratamiento adecuado, dos de cada tres personas se curan.
Y si los efectos sobre la calidad de vida son indiscutibles cuando la depresión se acentúa y no se trata bien, la solución final suele complicarse hasta el extremo de que la percepción cotidiana de un 85% de los españoles es que la depresión resulta ser la principal causa de suicidio. Y para el 95% de ellos este trágico final, visto como una complicación gravísima de la propia depresión, podría mitigarse en gran medida con una mejor atención y mejor diagnóstico y un tratamiento adecuado, bien psicológico, psiquiátrico, bien con fármacos antidepresivos.
Lo más positivo de los resultados del estudio es que, al margen de las causas que consideren origen de la depresión, un 93% afirma o está convencido de que se puede curar con un tratamiento correcto; terapia que, según los especialistas, debe incluir antidepresivos, psicoterapia y psicoeducación.
La depresión se cura
Lo más positivo de los resultados del estudio es que, al margen de las causas que consideren origen de la depresión, un 93% afirma o está convencido de que se puede curar con un tratamiento correcto; terapia que, según los especialistas, debe incluir antidepresivos, psicoterapia y psicoeducación. Sin embargo, una depresión sin tratar dura como promedio, de 6 a 9 meses, y algunas pueden ser crónicas y durar muchos años.
De los datos de la encuesta de la OCU se desprende que solo el 54% de los que admiten haber tenido problemas de depresión o ansiedad han seguido un tratamiento. La principal razón para no seguir tratamiento ha sido la creencia en un 52% de los casos de que podían manejar la situación por ellos mismos. Un 24% reconocía que no creía en la eficacia de los tratamientos y, un 19%, nunca pensó en hacerlo.
El recurso a la farmacia es con mucho el dominante. El 51% de los encuestados que declaran haber seguido un tratamiento contra la ansiedad o depresión recurrió a antidepresivos y ansiolíticos como principal tratamiento de la enfermedad. Un 10% recurrió a la naturopatía. El 9% utilizó los deportes o la actividad física para combatirla. Solo el 9% combinó la medicación y la psicoterapia. El 7% utilizó la relajación o la meditación. El 6% cambió su estilo de vida como forma de combatir la enfermedad y el 2% optó por la medicina alternativa.
Para reducir el impacto de estos problemas de salud, consideramos necesario un diagnóstico rápido y adecuado. Dada la complejidad y variabilidad de estos trastornos no existe un tratamiento único y válido para todo el mundo. Pero sí que hay un consenso amplio sobre que el tratamiento más eficaz de estas enfermedades es la combinación de psicoterapia y medicación. En este sentido, existe una dificultad para acceder a tratamientos de psicoterapia en la Salud Pública, lo que favorece que se opte por el recurso más fácil, la medicación, aunque no siempre sea el más adecuado.